Gerardo Tecé: “Hay bromas que son delitos y esto no es normal”
- EDGAR MELCHOR / MARCOS MARTÍN
- 13 abr 2017
- 8 Min. de lectura

“No me gusta hablar en público”. Seis palabras lapidarias lanzadas cual piedras contra los estereotipos. Sabía que él era alguien diferente al resto. Escuchó un día de la boca de algún vidente callejero la mítica frase rompesueños que empieza diciendo que “eso del periodismo no tiene salida”. Imberbe él, decidió estudiar Matemáticas. Echando cuentas, un pajarito le dijo que el resultado final de su vida tenía que ser otro: escribir sobre política todo lo que la gente debía leer. Y ahora, el escéptico sabiondo es el primero en ver al por entonces iluso chaval en medios como lamarea.com o ctxt.es. Gerardo T.C. para su madre, o Gerardo Tecé (Sevilla, 1982) para Twitter, es de los pocos que saben fabricar sonrisas de las tristes desgracias del circo del poder. Y, efectivamente, yo también he pensado eso de “¡ah, pero tú eres Gerardo Tecé!”.
Criticas a diestro y siniestro y, aún encima, te pagan por ello. Tienes un trabajo que desearían miles de españoles.
(Risas) Hay más gente que lo tiene como yo. Mi trabajo ahora mismo realmente es el de colaborar con medios de comunicación, no el de la cuenta de Twitter. La cuenta me ha permitido tener otros trabajos. Pero sí, tengo mucha suerte, no me quejo para nada.
De hecho, debes de ser de los pocos españoles que disfrutan de los políticos y de la política a día de hoy.
Siempre me ha interesado mucho la política y el periodismo, y Twitter lo ha convertido en una mezcla de las dos cosas. La clave de que mi cuenta haya sido conocida es el tratar esos temas serios con humor. Es una buena forma de afrontarlos y, sobre todo, de explicarlos. La realidad con humor se entiende mejor. Lo afronto así porque es la forma más eficiente y la que más me gusta también.
¿Quién era Gerardo Tecé antes de febrero del 2009?
La misma persona, pero sin redes sociales. Me dedicaba a dar clases de Matemáticas entre otros muchos trabajos basura que he hecho en mi vida. Twitter te da un altavoz que hace que se produzca un fenómeno muy extraño como es el número de seguidores, que es una cosa que no tiene ni pies ni cabeza, pero a mi cuenta le ha sucedido. Entonces, era la misma persona sin ese número de seguidores.
¿Te siguen sirviendo de algo las matemáticas?
Sí, me sirven. Es muy sano seguir ejercitándolas porque te activa una parte muy racional y muy estructural del cerebro que sirve para sacar conclusiones sociales incluso. Todo tiene una explicación. La parte racional de las matemáticas aplicada a algo que es más caótico como la sociedad tiene su utilidad, te da una pequeña herramienta para intentar estructurarlo todo, organizarlo o darle una visión más ordenada que después puedas explicar.
¿Tienes ganas de volver a dar clases?
No no, para nada (risas). Lo que más me gusta es colaborar con medios de comunicación. Como hobby, está bien ahí, pero lo que me apetece es que esto que estoy haciendo ahora mismo no vuelva a ser un hobby como lo fue, sino que siga siendo un trabajo.
¿Cómo es que no decidiste estudiar Periodismo en su día?
Por una idiotez, por una vez que escuché la típica frase de “eso no tiene salida”. Muchas veces nos encontramos con cierta edad y tomamos opiniones de algunos como realidades. Decidí que aquella frase era verdad, y ya la había escuchado más de una vez, entonces, me fui a por las matemáticas, que es un campo que... vamos, tiene muchísima salida (risas). Pero mi pasión siempre ha sido la comunicación.
Se me olvidaba... Desde enero, eres también profesor.
Sí, es un máster del Instituto de Estudios Cajasol de Sevilla, y estoy muy contento. Les explico lo que sé y lo que he aprendido también. No es a nivel de experto de márquetin porque no lo he estudidado, pero sí les explico la forma artesanal gracias a la que, sin tener nosotros esa formación, nos ha ido bien, porque la red es un mundo en construcción y en él no hay nada cerrado, no hay libros sólidos que digan “aquí está la verdad”.
Los alumnos están en Twitter seguro, ¿te miran como profesor o como Gerardo Tecé?
No lo sé, no les he preguntado (risas), pero hay confianza. Twitter pone a ciertas personas en unas alturas que no son reales. Pasa muchísimo que, cuando alguien te conoce, te dice “¡ah, pero tú eres Gerardo Tecé!”, y cae en la decepción de que uno es una persona normal. Con Twitter, hay una especie de misticismo que desaparece con el cara a cara. Es decir, se mezclan los dos -el Gerardo profesor y Gerardo Tecé-, no sé si me miran como uno o como otro, pero imagino que me miran como quien yo soy. Tengo la cuenta de Twitter, pero no soy ese personaje justamente.
No te veo pensando demasiado cada tuit.
No, los tuits que mejor funcionan son los espontáneos. Uno no se pone a fabricar ideas, sino que las tiene y luego se requiere cierto toque para plasmarlas. Al final, es una reflexión que uno hace en su cabeza. A todos nos pasa que, cuando estamos viendo algo, hacemos una reflexión interna, y simplemente es tener un poco de habilidad para que el otro entienda cuál es, cómo explicarla y que tenga un poco de gracia.
Antes decías que tu trabajo realmente es el de colaborar con medios. ¿Twitter te genera ingresos?
Tengo junto a otros compañeros, @norcoreano, @diostuitero y @AnitaBotwin, una agencia de publicidad. Sí genera ingresos porque nosotros trabajamos para algunas marcas que nos dicen “necesitamos una campaña para darnos a conocer”, y participamos en el diseño de esas campañas. Usamos las cuentas de Twitter para ese tipo de cosas, para hacer publicidad; pasa muy de vez en cuando e intentamos que no sea muy agresivo ni molesto para los demás, aunque siempre, evidentemente, habrá quien se queje y puede tener sus motivos. Ese es el único sentido en el que sí, esa cuenta de Twitter puede generar dinero.
¿Por qué no pones tu foto de perfil en Twitter y no la de Kevin Malone?
Me parece que es como un sello, va asociado el nombre a esa foto que había desde el principio, y me gusta que sea así. Y, por otro lado, porque soy un poco pudoroso. Tampoco oculto mi cara porque cuando colaboro en medios, sale, pero no quiero que mi cara sea un impacto diario a miles de personas en las redes sociales (risas), no me apetece.
¿Os parecéis en algo Kevin Malone y tú?
Kevin es un hombre muy bueno y muy bonachón, pero también un poco tontorrón. Todos tenemos un poco de eso, supongo.
¿Es más fácil hablar protegido por un avatar entonces?
Sí sí sí, porque cada uno tiene sus puntos fuertes y débiles. Hablar en público, por ejemplo, es una cosa que no me gusta, no me gusta dar una charla o una conferencia ni nada parecido. Tampoco me gusta la tele, esos formatos no me gustan. Entonces, para mí, es muy bueno escribir porque de verdad puedo estar tranquilo, hacerlo a mi ritmo y me sale mejor. Cada uno tiene sus zonas de confort en la comunicación y la mía es escribir.
¿Ejerces el derecho a la libertad de expresión por encima de tus posibilidades?
En ese sentido, no soy de los más cañeros, no porque no me atreva, sino porque tengo otras cosas que decir. Por supuesto, defiendo a muerte a alguien cuando se atreve y tiene algún problema. Estamos viviendo un momento que, cuando lo miremos con perspectiva pasado un tiempo, veremos que es una barbaridad lo que está pasando, y lo que está pasando es que hay bromas que son delitos y esto no es normal. Todo esto se debe a leyes que están ahí preparadas para... evidentemente no es normal, pero es legal porque fue aprobado de esa manera, pero es un error gigantesco.
¿Quién se te viene a la cabeza?
Tantos... el cantante de Def Con Dos (César Strawberry), los otros raperos (Ayax y Prok), la chica que hizo el chiste de Carrero (Cassandra), los Guillermo Zapata... toda esta gente que tuvo problemas con la Justicia por no hacer nada porque el humor es humor, no era apología. Cuando la apología se hace en serio, no suele ser delito, pero sí suele ser delito el hacer bromas con cosas que evidentemente son broma.
Desde la Ley Mordaza, ¿te lo piensas más antes de teclear?
No, de verdad que no lo hago, y nadie debería hacerlo. Si algún día tengo un problema, tendré que afrontarlo como pueda. Ya te digo, no soy especialmente leñero, pero no me corto con la Casa Real o con lo que tenga que decir. Intento hacerlo desde el respeto, tampoco me gusta el humor demasiado insultante, pero es cosa mía, también defiendo a quien lo pueda practicar.
¿Sueles recibir críticas o presiones por lo que haces?
No no. Nadie me presiona.
Defíneme en una palabra a los siguientes:
Es imperturbable, como un cáctus, pasan cosas a su alrededor y a él como que ni le va ni le viene. Un cáctus, un muñeco. Sin maldad.
Ella sí que se mueve y se mueve bien. En una palabra, cinismo.
Intuyo que tiene que ser alguien que no es lo que parece que es, y lo que parece que es no suele gustar a la mayoría. Tiene un aspecto, una cara externa de prepotente que creo que es forzada por la situación, pero intuyo que no debe de ser así.
Actriz.
Tampoco quiero cebarme con ese chico, que está muy de moda cebarse con él, y yo, quizás sin querer, lo he hecho también, pero a mí no me hace gracia. No le veo maldad, sino que no sabe quizás de ciertas cosas.
Pillos elegantes.
La hija del poder haciéndose la tonta.
Siendo sincero, ¿cuántas de las cosas que has escrito en Twitter te hubieras atrevido a decir personalmente a la cara?
Soy muy sincero, pero también pudoroso y no creo que fuese capaz de llamarle “sinvergüenza” a la Infanta si me la cruzo por la calle, ni de broma, no me saldría hacerlo así. Sin embargo, sí lo podría hacer en redes sociales. Es quizás una postura cobarde la que te estoy diciendo, pero es la realidad. Hay que diferenciar entre un ámbito y otro.
Quizás lo que se dice en Twitter se dirige más al resto de gente que a la persona de la que hablas.
Claro, es como cuando opinas en un bar. Evidentemente, uno puede hablar mal de otra persona, pero cuando la tiene delante... Esto suena un poco hipócrita, pero nos pasa a todos. Twitter es un foro donde hablar de todo. Aunque muchas veces se venda esto como “se esconden tras el anonimato para tal”, no creo que sea tanto eso, sino que es el sitio donde hablar de cosas así simplemente.
¿Por qué sigue votando tanta gente al Partido Popular?
Entiendo que es una cosa sociológica. Es una forma de ver la vida que requiere muy poca crítica, que requiere mucha tolerancia con todo lo que está pasando, a cambio de conceptos como España o el catolicismo. Es un partido que es una bandera, y la sigue agarrando mucha gente haga lo que haga.
¿Qué tiene que pasar para que esto cambie?
Si mañana Rajoy atropellase a un lince ibérico con el coche y lo hiciese queriendo, daría igual, no pasaría nada. Entonces, lo que tiene que pasar es que cambie la sociedad. El PP ya no es de los más votados entre la gente joven, ni entre la gente de edad mediana ni siquiera. Esto va a ser un cambio, va a ser un cambio de piel y sucederá.
¿Sigue siendo Pedro J. Ramírez la última persona que te bloqueó en Twitter?
No creo. Seguro que ha habido más nuevos. A diario serán nuevos.
Una película.
Joer, tío, esta pregunta es la típica que yo he formulado cuando he hecho entrevistas y me estoy dando cuenta de que es una putada (risas). Te diría El club de la lucha.
Un libro.
Evidentemente, como no tiene sentido aquí ponernos a hablar de clásicos de la literatura, recomendaría a David Trueba, me encanta. Cuatro amigos, por ejemplo, no es ni de lejos el mejor libro que he leído, pero sí es uno que me hizo darme cuenta de que podía estar guay escribir de otra forma, con otro tono y con otro rollo.
Una canción.
Alguna de Los Planetas.
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