Gisela Pulido: “Lo único que nos diferencia es nuestra capacidad de sacrificio”
- EDGAR MELCHOR / MARCOS MARTÍN
- 10 nov 2016
- 7 Min. de lectura

La mayoría de las niñas y niños de 10 años disfrutaban allá por comienzos de los 2000 de cromos, videojuegos, dibujos animados, tardes de parque... Gisela Pulido (Barcelona, 1994) no. Con esa edad, ella alzó nada más y nada menos que un campeonato del mundo de kitesurf, siendo a día de hoy la campeona del mundo más joven. Su día a dia era el propio de una profesional, con incontables viajes y experiencias encima, pero sin serlo todavía. Es por esto que su infancia no fue tan cómoda como cualquiera podría imaginar... no es fácil tener que abandonar tu casa de siempre para irte a Tarifa a la aventura solo con tu padre. Sin embargo, todos esos baches fueron construyendo una coraza que hizo que Gisela sea la persona que hoy tenemos delante, una mujer de 22 años segura, comprometida, sin miedos y, sobre todo, humilde. Hasta ahora, ha conseguido alzarse 10 veces con el mundial de su disciplina deportiva, pero no es este el trofeo del que está más orgullosa, sino otro: “El cómo soy como persona”.
Estudias ADE (Administración y Dirección de Empresas), tienes dos escuelas de kitesurf, en Tarifa y en Panamá, alguna tienda... Es que no eres un ejemplo solo en el deporte, diría que lo eres en todo.
Siempre pienso en crecer como persona y como deportista, en tener objetivos, sueños y metas en mi vida, y uno de ellos fue ser campeona del mundo de kitesurf desde bien pequeñita. Fue un sueño que pude cumplir con la ayuda de todo el equipo, de mis padres, de mis entrenadores, de mis patrocinadores y de todos los que me apoyaron. Luego, más adelante, cuando abrimos la escuela en 2008, y empezamos con los centros de kitesurf, he dado un giro superradical en mi vida. Ahora, cada vez que viajo y estoy en una competición, tengo esa mentalidad de “¿será o no será este un buen lugar para tener otra sede de mis escuelas?”.
¿Dónde quedó tu pasión por el periodismo?
Estudié 2 años Periodismo en la Universidad Rey Juan Carlos, pero me resultaba muy difícil de compaginar porque es una universidad pública y no diferenciaba entre un deportista y una persona que solo se dedica a estudiar. Además, tampoco estaba muy... motivada con lo que estaba estudiando. Sí que me gusta el periodismo, pero quizás estaba un poco equivocada. No necesitas estudiar Periodismo para poder escribir, para poder ejercer de periodista. Yo estoy supercontenta ahora con lo que estoy estudiando, y creo que me está aportando más, incluso me está dando una visión más abierta, no solo a nivel de mis negocios ni de yo como persona, porque cuando eres deportista, también tienes que venderte a ti mismo. Todo lo que estoy aprendiendo con respecto a marketing, a empresas... lo puedo aplicar.
ADE puede ser más útil para tu futuro.
También, pero el periodismo es algo que me hubiese gustado hacer. Imagínate ir a donde haya un conficto, irse a Venezuela, por ejemplo, y contar lo que está pasando, investigar...
¿Cómo es posible que con 10 años ya fueses campeona del mundo de kitesurf?
Se juntaron varias cosas. Primero, que el kitesurf era un deporte muy joven, llevaba 2 años de campeonato del mundo, con lo cual estaba recién empezando y el nivel de los hombres y de las mujeres todavía no estaba muy evolucionado. También se juntó que yo empecé a practicar kitesurf, y tenía la habilidad y empecé a evolucionar rápido. Luego, también la visión de mi padre de decir: “Vale, lo dejamos todo, nos vamos a Tarifa y empezamos esta aventura”. También, la ayuda de los patrocinadores. Creo que para que todo ocurra en la vida, se tienen que juntar muchas cosas a la vez.
Fuera del deporte, ¿cuál ha sido tu mayor triunfo en la vida?
Más el cómo soy como persona que los títulos mundiales o las empresas que tenga... pequeñas empresas (risas). También la capacidad que tengo de tener una mente tan abierta, eso creo que me lo ha dado el viajar, el deporte, y todos los valores que eso transmite.
¿Alguna vez sentiste no tener los pies en el suelo?
Nunca. Eso es algo que está dentro de uno en un primer momento, pero también es muy importante el equipo que tengas alrededor, que hace que te des cuenta de que has llegado donde estás no por tus propios medios, sino por todos los que te han apoyado.
¿Tuviste miedo de que te llegase a pasar?
No. Sabía que si me pasaba, estaría ahí abajo...Soy bastante crítica con la gente que es así, que se diferencia con los demás por lo que haya conseguido, creo que todos somos iguales y que lo único que nos diferencia es nuestra capacidad de sacrificio, de enfrentarnos a objetivos, a obstáculos... y nuestra propia capacidad de motivarnos a nosotros mismos para enfrentarnos a cualquier reto en la vida.
Este año dijiste “basta”, has parado en la competición. ¿Lo has hecho por falta de motivación o para no perder esa ilusión por el kitesurf?
Precisamente ha sido eso. 12 años en la Copa del mundo y podría haber seguido perfectamente este año. Hubiese dado lo mejor de mí porque soy feliz haciendo lo que hago, me encanta competir, soy hipercompetitiva, me gusta estar en el número 1, me gusta estar en el Mundial, pero sabía que si lo dejaba por uno o dos años, luego volvería a retomarlo con muchas más ganas y energía para seguir muchos años más. Me acuerdo que, cuando se celebró la primera etapa del Mundial, estaba de un mal humor... Estaba en casa y mis padres decían: “Pero ¿qué le pasa a esta niña hoy?”. Todo el día estuve con mala cara y mis padres no sabían por qué, luego se dieron cuenta de que era el primer día del Mundial.
Los deportistas tienen muchas manías en las competiciones, pero yo he leído una tuya relacionada con un cubo de Rubik...
Cuando estoy compitiendo, siento que tengo que tener todos mis sentidos y todas mis energías puestas en algo en concreto, y no puedes estar despistado en cualquier otra cosa, y yo soy una persona bastante despistada por lo general. Cuando hago el cubo de Rubik, estoy solamente centrada en eso, en intentar terminarlo por debajo del minuto, siempre estoy entre el 1' 03''. Y, cuando estoy en el agua, lo mismo: utilizar en la competición lo que estaba haciendo con el cubo. También los malabares, por ejemplo, ayudan mucho.
Si te digo 'Gigi'...
Mi profesora de música del colegio me llamaba 'Gigi' y se me quedó. Ahora, no lo uso tanto, prefiero que me llamen Gisela.
Tuviste una infancia un poco complicada, ¿cómo supiste afrontarla?
No supe. Me costó adaptarme a Tarifa por muchos motivos. Venir de otro lugar, de Barcelona, e ir a Andalucía... Lo pasé mal por el hecho de viajar y de pasar mucho tiempo fuera, y después, cuando volvía al colegio... recuerdo que los niños eran... tú sabes... los niños son más crueles, incluso hasta los profesores a veces ni me apoyaban. He llegado a suspender la asignatura de Educación física por no ir a clase. Incluso, a veces, se lo ocultaba a mi padre porque me sentía un poco avergonzada de que eso me pudiera ocurrir, pero, era una niña con muy poca personalidad fuera del agua y con una personalidad muy fuerte dentro del agua. Eso es algo que ha ido cambiando a lo largo de los años. En ese momento, no supe enfrentarme, intenté sobrevivir a eso, y a medida que me hice mayor, las circunstancias fueron cambiando, fui a un instituto donde ya encontré a un grupo de amigos que tenían muchas cosas en común conmigo, y ya entonces mi adolescencia empezó a mejorar. Tampoco fue nada del otro mundo, no fue nada grave, le pasa a muchos jóvenes hoy en día. Al final, lo superas y ya.
¿Es cierto que tú le decías a tus compañeros de clase que eras campeona del mundo pero ellos no te creían?
Una vez traje un trofeo, y uno de los niños del cole, el que había repetido, me dijo: “Pero si eso lo ha hecho el carpintero”, y claro, imagínate, le dices eso a una niña... te afecta. Los niños, los niños (risas).
¿Cómo pasas de ser una niña supertímida, como te definías, a ser ya una mujer más extrovertida?
Fue en los 2-3 últimos años, que he empezado a viajar sola y que sabía que no estaba mi padre detrás para soportarme o para ayudarme en cualquier obstáculo al que tuviera que enfrentarme, y dije: “Si no está mi padre, lo tendré que hacer yo”. Estaba sola ante el mundo, desde tener que coger mi avión, ir al hotel, competir, hasta tener que ir a un restaurante a cenar... yo recuerdo que de pequeña me daba vergüenza pedir un vaso de agua a un camarero, hasta ese punto. Por eso creo que una de las cosas más importantes es viajar solo, te da otra perspectiva de la vida.
¿Cuál es el sueño de Gisela Pulido?
No una medalla de oro, pero, por lo menos, ir a unos Juegos Olímpicos representando a mi país. La medalla ya se verá dependiendo de todo lo que haya trabajado o no.
Eso ya sería el colofón para toda tu carrera.
Para mí, y yo creo que para cualquier deportista, ir a unos Juegos Olímpicos es un sueño.
Tengo leído que en kitesurf muestras tu mejor nivel quizás hasta los 24 o 25 años.
Depende de la disciplina. Dentro del kitesurf, tienes el freestyle, en el que sí muestras tu mejor nivel hasta los 23-24 años. Si eres una mujer, quizás puedes alargarlo un poco más, hasta los 26-27, porque las mujeres tenemos un poco más de flexibilidad que los hombres, y nos lesionamos menos. Pero, luego, te quedan muchos más años para hacer el racing, que son carreras, donde la parte importante no es la habilidad, sino la resistencia, y eso se gana con los años; y también las olas, que es una cosa de experiencia, cuanto más tiempo pasas en el agua surfeando olas, mejor. Si alguna disciplina llegase a ser olímpica, esa sería el racing, que son carreras.
Una película.
El señor de los anillos, la segunda parte.
Un libro.
El alquimista, de Paulo Coelho.
Una canción.
Magic, de Coldplay.
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