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Carlos del Amor: “Las historias son más necesarias que nunca”

  • MARCOS MARTÍN / EDGAR MELCHOR
  • 24 mar 2016
  • 7 Min. de lectura

¿Cuánto tiempo es mucho tiempo? Para el enchispado de hoy, no importa, juega constantemente con él, y en pocos segundos es capaz de emocionarnos. Más conocido por su voz que por su rostro, pasará a la historia por dar sentido y vida a cuadros, letras… por hacer brillar a las estrellas de la alfombra roja. Casi nunca lo vemos en televisión y con suerte lo escuchamos narrando un vídeo al final del telediario, los mismos que me han inspirado a escribir estas líneas. Poco, muy poco, se alargó la entrevista, comparado con la espera y las ganas de seguir hablando. Pues eso… que sea el tiempo el que decida si ha merecido o no la pena leer a este periodista capaz de convertir el periodismo en el ¿octavo arte? Os espera Carlos del Amor (Murcia, 1974). Besos y abrazos de su parte.

La televisión, la radio o la simple letra.

De pequeño, quería ser periodista de periódico. Luego, creía en la magia de la radio porque había estado siempre presente en casa. Y cuando entré en televisión... creo que no hay un medio tan poderoso como la televisión. Pero, cuando llevas años, te das cuenta de que cada uno tiene su parcela, su momento y su destinatario. Los tres son estupendos, aunque ahora mismo apuesto por la televisión.

¿Corren buenos tiempos para contar historias?

Bueno, creo que las historias son más necesarias que nunca en los tiempos que corren y por eso creo que la función del periodismo es más necesaria que nunca. Siempre hace falta que haya alguien que cuente lo que está pasando, que te dé las claves de lo que está pasando y que denuncie muchas cosas que están pasando. Siempre han sido buenos tiempos para contar historias y ahora más.

En una entrevista que te hicieron en ABC, dijiste que “el periodismo se reinventará y volverá a resurgir”. ¿De qué manera y cuándo?

El periodismo se está reinventado constantemente. Ahora, se apoya más en la eclosión de redes sociales y de diferentes herramientas que hacen que la inmediatez sea todavía mayor a la hora de contar esas historias de las que hablábamos antes. Está en constante evolución y cada día que pasa se reinventa para lograr el objetivo final, que es transmitir una información a ese receptor. La reinvención es constante y cada periodista, además, debe hacer por reinventarse y adaptarse a los tiempos cambiantes.

De tu profesión, ¿qué cambiarías?

Cambiaría las trincheras, probablemente. Las trincheras en las que a veces nos metemos los periodistas. El periodismo hay que ejercerlo con la mayor honestidad posible y tratando de contar historias, como decíamos.

De tantas entrevistas que has hecho... ¿de cuál guardas un gran recuerdo?

Es que es imposible elegir una de ellas. Me quedaría con la integridad de José Luis Sampedro, con los poemas de Pepe Hierro, con las lecciones de vida de Francisco Ayala, con la excentricidad de Calamaro, con la capacidad y el verbo de Joaquín Sabina, con la naturalidad de Javier Bardem, con el desparpajo de Pedro Almodóvar, con la dulzura de Ana María Matute... No sé, son muchísimas, no podría quedarme con una.

¿Cómo explicas que la cultura ocupe la parte final y la más reducida de los informativos?

Bueno, a lo mejor una noticia de cultura no es un breaking news. No es algo que cambie la actualidad muchas veces. Tradicionalmente, es así, ocupa las páginas finales de los periódicos y las partes finales de los informativos... se ha quedado en ese rinconcito. Podría subir porque sí que hay manifestaciones culturales que pueden cambiarte... no la vida, pero sí la forma de ver la vida. Está claro que yo le daría mayor relevancia.

¿Y qué podemos hacer para que ocupe más espacio?

La verdad es que no lo sé. Si lo supiera, ya lo ocuparía. Imagino que intentando encontrar gente con más sensibilidad o que vea que la cultura también vende y que puede auparse a los primeros puestos en los periódicos y en los informativos. No tengo la varita mágica para eso, si no, ya lo ocuparía.

¿Tu periodismo tiene más de literatura o tu literatura tiene más de periodismo?

Entiendo que la frontera es muy límite entre las dos cosas. A mí, siempre me ha gustado el periodismo tendente a la literatura y a veces se confunden las líneas... ese es el periodismo que a mí me gusta y el que me sale, de alguna forma, natural. Entiendo que la línea que divide literatura y periodismo muchas veces es muy muy muy delgada. Me gusta que se den la mano las dos.

Tu primera obra, La vida a veces, se la dedicas “a los que no se rinden”...

Se la dedico a los que luchan día a día por tener un día siguiente mejor. A quienes la vida se les hace cuesta arriba y aún así suben y se esfuerzan por subir. A los que protestan. A los que dicen que "no", a pesar de que un "sí" les sería más rentable. A toda esa gente.

En El año sin verano, ¿qué es lo que más y lo que menos se acerca a lo real?

Bueno, hay mucho de realidad, mucho de mí y muchos escenarios que visito y que frecuento. Entonces, se puede identificar mucho a la realidad. Obviamente, el tema de entrar en casas ajenas pues es un poco más terreno de la ficción. Me gusta mucho confundir realidad y ficción y un libro me permitía explorar mucho esa vía.

La historia que cuentas de tu abuela... ¿es real?

Sí. Hombre, con ingredientes literarios, pero es muy fiel a la realidad y a lo que viví con ella.

Quizá, la publiques algún día.

Pues sí me gustaría, lo que pasa es que se atascó y, de momento, no fluye. Está ahí guardando el sueño. Ojalá, algún día, de repente, salga. Sería un bonito homenaje también.

Tú mismo dices que un escritor, para no ser olvidado, no debe esperar más de dos años para publicar su siguiente obra. ¿Hay ya un tercer libro?

No, me temo que voy a ser olvidado, porque no creo que cumpla el plazo de sacar libro dentro de menos de un año. Igual caigo en el olvido, pero uno escribe cuando tiene la necesidad, cuando le pilla el momento justo y, ahora mismo, no estoy en ese momento. No sé cuándo podrá llegar el siguiente.

¿Nada en mente?

No. Nada.

Con el documental Revelando a Dalí, ¿descubriste, por decirlo de alguna manera, que estaba loco?

Tenía un punto de excentricidad que agrandó para inventarse un personaje que se llamaba Salvador Dalí, que era una factoría en sí mismo y una enorme campaña de marketing. Él era un tipo listísimo, con una capacidad artística enorme que supo ver que hacía falta marketing para vender... Se inventó un personaje que le salió muy bien, claro.

¿Rondan por tu cabeza más trabajos de este tipo?

No. Tengo mis piezas del telediario. De momento, no tengo nada cerrado de más larga duración. No hay nada a corto plazo.

¿Sobre qué otro artista harías un documental?

Sobre muchos. Sobre Federico García Lorca, sobre Picasso, sobre Buñuel... hay muchos personajes que merecen un programa... sobre Machado, sobre Miguel Hernández. Muchos lo merecen, pero hay que encontrar el momento y prepararlo bien. Lleva mucho trabajo detrás.

Como testigo de la gala de los Goya de este año, ¿entiendes las críticas?

No sé. Depende. ¿Qué críticas?

Las que le han llegado a Dani Rovira por las redes sociales.

Primero, creo que a Dani Rovira le cayeron muchos más piropos que críticas. En las redes sociales, todos somos un crítico en potencia. En Twitter, hay cien millones de futbolistas, cien millones de presentadores de la gala de los Goya, cien millones de presentadores de telediario, cien millones de escritores... está muy bien que cada uno emita su opinión, pero ya está. Dani Rovira hizo un papel estupendo en una de las cosas más difíciles que hay en el mundo del espectáculo: presentar una gala. Le vi ensayar y le vi luego en directo y me parece de un mérito, enorme, enorme... llevar el peso de una gala de esas... vamos, no me gustaría estar en su papel. Ya te digo, creo que las críticas fueron muy positivas, que luego cada uno emita su juicio, pues está bien, para eso están las redes sociales, más allá de eso no hay que darle mayor importancia. Lo hizo estupendamente y salió muy bien parado.

¿Dónde está el problema del cine español: en los espectadores o en quienes lo hacen?

No, en quienes lo hacen, no. Hay muchísimo talento en nuestro cine. Y en los espectadores, tampoco, porque son soberanos a la hora de decidir. Además, la cuota de pantalla en los últimos años está yendo bastante bien. No sé si hay un problema real dentro del cine español y no sé si lo hay en los espectadores... creo que no. Hay un talento enorme en nuestro cine, con directores y actores y actrices que son de primera línea, y se hacen buenas películas. Quizá, a veces, no se comulga bien con la taquilla, pero poco a poco la cuota del cine español va creciendo y es el camino a seguir. Luego, el espectador decide la película que quiere ir a ver, y ya está, no hay que darle mayor importancia. El creador español hace la película que tiene que hacer, que es estupenda... en ese camino, seguro que se encuentran... la relación es cordial y la gente sale encantada de ver películas españolas.

Una película.

(Suspira) No puedo decir una sola película. Quizá, por haberla visto de pequeño y porque me impresionó, digo El gran dictador. No es que sea mi favorita, pero me impresionó la capacidad de Chaplin, para todo. Mi película favorita probablemente la vea para la semana o dentro de dos o dentro de tres. Si me preguntas hace un año, pues te digo que es Amor, de Haneke, pero si me preguntas el anterior, te digo La vida de los otros, y si me preguntas la semana pasada, pues te digo otra. Es muy difícil que haya una película favorita.

Un libro.

Lo mismo. Pasa lo mismo. Quizá, cuando lo leí de joven me impresionó mucho A sangre fría porque es un relato periodístico con una tensión y un nivel altísimo. Es un libro que no es mi favorito, pero sí que me dejó marcado por la forma de escribir. Son cientos, es muy difícil también quedarse con un solo libro.

Una canción.

(Risas) Estamos igual. Si tuviera que decir alguna canción... de un grupo extranjero, por mi juventud, diría cualquiera de Gun's and Roses y, a lo mejor, ahora, español, diría cualquiera de Los Planetas porque es el grupo con el que he ido creciendo desde la adolescencia hasta hoy. Pero igual me preguntas la semana que viene y te digo una de Xoel López o una de Vetusta Morla o una de Loquillo o una de Joaquín Sabina, que es otra persona con la que coincido musicalmente. Varía mucho dependiendo del momento.


 
 
 

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